¡Cómo ser feliz cuando todo va mal!

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Hay días en que tenemos la sensación que todo nos sale mal; que suceden mil cosas desagradables que nos complican la vida, y todas, suceden al mismo tiempo.

Y es ahí cuando tu estado emocional comienza a afectarse: comienzas a preguntarte si el Universo tiene algo en contra tuya, si algún Karma que no recuerdas te anda asechando.

Siguen pasando los días y todos los ámbitos de tu existencia están en crisis (trabajo, pareja, proyectos personales, familia, salud, etc.), que tus sueños se volatizan de un día para otro.

Haces introspección y comienzas a preguntarte si hay algún detonante que orquesta tu mala suerte; consideras que eres una buena persona en todos los aspectos, que tratas de vivir y comportarte bien, trabajas arduamente y por lo mismo no te explicas por qué a veces los malos acontecimientos o malas noticias parecen no acabar. Por el contrario, es como si la vida te hubiese asignado tu propia nube particular que te nubla el panorama y te llueve encima todo el día.

Y, conforme pasan los acontecimientos te cuesta más trabajo ser positiva. Incluso comienzas a comparar tu vida con la de alguien más desafortunado, y no tan solo este sentimiento de caos no se desvanece sino que incluso comienzas a sentirte peor, sientes que eres una “malagradecida con la vida” porque no tienes “motivos reales para quejarte”, hasta que llegas a un punto donde tu frustración es tan grande que no consideras estar viviendo, sino sobreviviendo.

¿Qué puedes hacer en una época en la que todo te está saliendo mal?

  1.  No debes seguir como si nada, esforzándote incluso en lograr objetivos o aspectos que ya son causas perdidas. Lo mejor es detenerse. Casi sin darnos cuenta, entramos en un estado de indefensión en el que asumir que hagamos lo que hagamos, nada cambiará nuestra situación adversa. Debes ponerle un alto a tu mente. una pausa para reflexionar en lo sucedido y clarificar qué ha motivado esa concatenación de hechos negativos.
  2. Concéntrate en apreciar lo bueno que la vida te ofrece. No te dejes vencer por la tristeza o el desánimo. Será difícil sonreír cuando sientes que todo va mal, pero, ¿de qué otra forma mejorarás tu visión de las cosas?.  Aprende a ver los errores y fracasos como parte de la vida y del proceso evolutivo. Luego, aprecia todas las cosas buenas que tienes ahora.
  3. Olvida la perfección. La vida no es perfecta y eso es lo que te da la oportunidad de evolucionar. Quienes van por la vida esperando cosas buenas sin considerar la adversidad, se encuentran con muchas desilusiones en el camino.
  4. Enfócate en lo positivo. No debes enfocarte solo en tus fracasos. Debes analizar las situaciones y tratar de hacer cambios, a veces la actitud ante la adversidad hace la gran diferencia.
  5. Aprende las lecciones de vida. No te quejes de todas las cosas terribles que te pasan. Será tu primera reacción, pero realmente no sirve de nada. Solo lograrás sentirte peor cada vez que pienses en ello. Mejor enfréntate a lo que tienes como si fuera un reto. Aprende a romper tus límites.
  6. No te dejes vencer por la tristeza o el desánimo. Si no cambias tu actitud de qué forma mejorarás tu visión de las cosas. Los fuertes no nacen de la victoria.  Los contratiempos desarrollan tus fortalezas.
  7. Deja que fluya. Si todo va mal hoy, enfócate en las cosas que pueden mejorar.  No pases la noche entera preocupada por todo lo que tienes que hacer, concéntrate y enfócate en crear un plan para solucionar lo que te sea posible.  Recuerda, divide y conquistarás.
  8. Llora. Tener emociones es lo que te hace humana. Es imposible no sentirse abrumada y querer llorar cuando las cosas van mal. Si dejas que estos sentimientos de agobio y frustración salgan, permitirás que nuevos sentimientos fluyan, y es ahí donde debes reemplazarlos por sentimientos positivos.
  9. No está mal ser un poso egoísta. Cuando todo va mal piensa en dónde estás y a dónde quieres llegar. Lo que haga el resto del mundo no debe ser tu principal preocupación.
  10. Haz del tiempo tu aliado.  No te dejes llevar por la impaciencia; no puedes saber el plazo exacto en el que las cosas cambiarán. Concéntrate en que sólo es algo temporal y aprende a relativizar.
  11. Encuentra estímulos saludables de felicidad.  NO idealices la felicidad, acepta las circunstancias externas y céntrate en aquello que puedes lograr aquí y ahora para sentirte mejor contigo misma.  Las alegrías se multiplican cuando se comparten, ten una red de apoyo; busca estímulos como un pase agradable, charla con tu mejor amiga; tú sabes qué es lo que te hace feliz; saca provecho de ello.

Cuando te sientas abrumada con los momentos difíciles, solo recuerda que hasta los crayones rotos colorean.

Desde la trinchera de mi hogar…

Cindy Rigada Aguilar

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