A veces sin esperarlo el destino te lleva por el camino de retirarte del mundo laboral para ser ama de casa y esta transición sin lugar a dudas nos resulta abrumadora. En primer lugar, se nos hace difícil valorar nuestro rol como ama de casa después de haber trabajado en algún sitio, por poco o mucho tiempo; pasas de tener un trabajo remunerado a simplemente no tenerlo.
En segundo lugar, cuando ya has probado el mundo laboral, además de que han valorado y reconocido tu desempeño, es complicado continuar con el rol de ama de casa sin tener ahora este reconocimiento que te empodera.
Para entrar más en contexto, quiero compartir que soy abogada de profesión y yo ingresar en el ámbito laboral un par de años antes de terminar la carrera, así que trabajo durante casi 15 años. Actualmente tengo 3 hijos, la mayor de 10 años, otro de 6 y el mas pequeño de 2 años.
Hace cuatro años, por un ascenso en la carrera judicial de mi esposo y un cambio de residencia, tuve que renunciar a mi trabajo; emigrábamos a una nueva ciudad con dos niños pequeños, sin contar con familia o amigos en nuestro nuevo destino; iniciábamos una nueva aventura completamente solos como familia.
Deben saber que este ascenso tan anhelado implicó mucho esfuerzo de parte de mi esposo y muchos sacrificios para todos. Para la familia el más importante fue su tiempo, nuestros hijos no lo entendieron y como familia, día a día tuvimos que trabajar en ello; no hay éxito que llegue sin esfuerzo y en ocasiones con mucho sacrificio.
Una vez que se logró el objetivo, nos llegó otro reto importante, mudarnos a una ciudad completamente nueva, lejos de toda la familia y amigos, y aunque todo era con una finalidad: Mejorar, nuestros hijos no comprendieron por qué un crecimiento personal implicaba tanto cosas “desagradables o tristes”; y es en este punto donde llegó mi dilema: ¿ Buscar un nuevo trabajo o quedarme en casa? Cómo les explicas a tus hijos que su mamá quiere continuar laborando y que aparte de todos los sacrificios en que ya están involucrados, ahora tendrían horarios extendidos en sus escuelas o bien que acompañar a mamá o papá a sus trabajos porque no contábamos con nadie confianza que podría ayudarnos en su cuidado.No me parece razonable y podría tener un resultado totalmente contradictorio a la promesa realizada de estar con ellos, así que decidí ser ama de casa 24/7.
Al principio, debo reconocer que me costó muchísimo trabajo adaptarme a ser una ama de casa de tiempo completo, pues lo primero que pensé es en el prejuicio de “ser una ama de casa que no hace nada” ; que es como la gente te ve; que retirarme del mundo laboral implicó dar un paso atrás no solo en mi independencia económica sino también haber renunciando a la oportunidad de ser exitosa en la vida, pues erróneamente estigmatizamos el trabajo del cuidado del hogar al pensar que “trabajo” solo existe si es remunerado . Aunado a esto, medimos el éxito de una mujer si es profesional que labora y olvidamos que nuestro rol de madre es clave en la vida de nuestra familia ;que los títulos no desaparecen con la maternidad o con ser ama de casa.
Una vez que te empodera en este rol, te das cuenta que hay una diferencia injusta en el tratamiento a una ama de casa y una mujer que trabaja fuera del hogar; porque considera que la diferencia solo radica en esa pequeña ubicación geográfica del trabajo.
Las tareas de la casa, el cuidado, la crianza y la educación de los hijos es una labor imprescindible que la mujer actual compatibiliza con su trabajo profesional fuera del hogar.
Es importante entender el reconocimiento al valor social que tiene el rol de ama de casa debe empezar desde nosotras mismas; quien es ama de casa tiene un trabajo, solo que no es remunerado; que el éxito que nos da ser una ama de casa es la dedicación de ser una presencia constante en la vida de nuestra pareja y nuestros hijos , aún cuando no siempre es fácil; es vencer los desafíos a los que nos enfrentamos diariamente y darle un propósito específico a nuestro tiempo; es la habilidad para enfrentar cada día con entusiasmo y darle felicidad a la vida de nuestra familia; es trabajar y dar lo mejor de ti sin esperar “una promoción o un ascenso”.
Debemos dejar a un lado la carga ideológica que denota nuestro rol como amas de casa, y si pesar de todo lo que consideramos que aún nos falta algo que le dé un poco más de sentido a nuestro rol, involucrémonos más en las actividades escolares de nuestros hijos ingresé como presidenta de la Asociación de Padres de Familia de sus escuelas y fue una experiencia renovadora que me acercó aún más a ellos o bien puedes emprender un pequeño negocio o impartir algún alto desde casa.
El éxito está ahí, solo debemos quitar el velo del prejuicio para poder verlo.
Desde la trinchera de un hogar …
Por: Cindy Rigada Aguilar (México)
Por: Cindy Rigada Aguilar (México)
