Eduquemos mujeres inconformes con el trato desigual

mike5
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Creo que cualquier persona con hijos, e incluso muchos sin ellos, deben considerar la educación de los infantes como una parte crítica para su buen desarrollo como personas. Finalmente los 78 Estados miembros de la ONU en el ´56 la incluyeron de manera unánime como uno de sus derechos primarios y esto me dice que ES importante para todos; pero hablemos de “Educación” como concepto amplio, dejemos lo académico reservado y hablemos de educar.

Educar es un verbo transitivo que cuya definición reza: “Desarrollar las facultades intelectuales, morales y afectivas de una persona de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenece”. Léase con calma, sí intelectuales pero también morales y afectivas.

Soy padre de una niña de 8 años, una niña que tiene el potencial de comerse el mundo y a veces me pregunto: Como sociedad ¿Se lo vamos a permitir? ¿Qué porcentaje de éxito queda en sus manos y qué porcentaje en el entorno?

Si nos subimos a un avión y vemos que el piloto es mujer, esto debería hacernos sentir aún más seguros porque ciertamente le costó mucho más trabajo demostrar que merecía estar al mando de esa aeronave, que tuvo que brincar muchos más obstáculos y volverse a prueba de balas para hacerse acreedora a la misma oportunidad que otro tendría solo por tener un set distinto de genitales.

Yo trabajé por muchos años en una organización extremadamente exitosa y brutalmente machista, una organización a la que quise mucho y por la que guardaba un enorme respeto…excepto en la forma en que trataba a la mujer; por citar solo un par de situaciones reales: La remuneración al mismo puesto es distinguida basándose únicamente en el sexo del colaborador, aun hoy existen posiciones a las que las compañeras tiene que tener muy claro desde el principio que no podrán aspirar debido a los prejuicios de los accionistas. Mientras me tocó colaborar como Director de una de las áreas, se gestó el primer nombramiento de una mujer como Gerente, llamémosle María; nada de su nombramiento fue logro mío, todo fue ganado a pulso por esta persona, solo me tocó decirle a la gente apropiada sobre las capacidades de ella, sobre la necesidad de dar el ejemplo, sobre la urgencia de que entraran al siglo XXI y sobre cómo no debería tener dudas adicionales por tratarse de una mujer. Sin quitar de mi mente como esperaría que, de ser necesario, alguien hiciera algo similar por mi hija.

Nada del camino de María, de su permanencia o salida del puesto fue miel sobre hojuelas; el nombramiento se dio a regañadientes y a veces creo que más por pose que por convencimiento real. Si bien tuvo reconocimientos y muestras de orgullo muy puntuales (que ella misma me ha hecho saber le fueron muy satisfactorias), también se lidió con un proceso de promoción interna desgastante en extremo. Yo había sido partícipe de otros tantos y ninguno fue tan cuestionado a nivel subjetivo como el de María; hubo reglas no escritas sobre convertirse en madre mientras quisiera conservar el puesto, comentarios negativos sobre el tipo de trabajo por ser “para hombres”, dudas excesiva sobre su capacidad de soportar el ambiente de Planta (caminar diariamente distancias considerables, suciedad natural por la operación, ruido, convivencia con una plantilla mayormente masculina), prohibición para participar en viajes de trabajo, falta de apoyo para instalaciones sanitarias apropiadas para ella en Planta, conductas exageradamente consideradas distinguiendo su presencia en juntas de trabajo (todos de pie solamente cuando ella entraba o disculparse hacia ella si a alguien se salía una palabra altisonante), que si bien se fincan en la buena educación, hacían evidente que no se trabajaba igual en su presencia.

Para no divagar mucho más, María terminó renunciando en una jugada de cierre magistral: Ante la disyuntiva de recortar personal en su departamento, prefirió autonominarse para la baja, sabiendo que de todos modos su estado de embarazo iba a significar un batallar interno terrible, para no exponerse (Pandemia) y porque así, de manera inteligente, ayudaría a que otra persona (o personas) conservaran su trabajo. La mayor autoridad de Recursos Humanos no dijo que no, era la situación perfecta para “heroicamente” deshacerse de su figura y con esto seguir solapando la postura machista de la alta dirección al tiempo que generaban un ahorro en nómina, en su finiquito y a ella le quedaba una satisfacción personal de haberse retirado antes de haber sido invitada a salir “por así convenir a sus intereses”…un movimiento maestro de hipocresía. Me da mucha tristeza que se haya llegado a esto pero me da muchísimo más gusto que lo haya hecho de esta manera porque una organización así no merece gente tan capaz.

Y ojalá esto quedará limitado a una mala experiencia en una organización, pero ella misma me compartió en alguna conversación (o varias) que previamente había sido bloqueada para ascender en otras organizaciones, que fue acosada y supo de otras compañeras que también lo fueron y que en ese momento fue más conveniente callar; por citar solo algunas complicaciones adyacentes.

No puedo dejar de comentar que, estadísticamente, recibió más críticas del género femenino que del masculino. Y es así que lo enlazo a nuestro tema inicial: La educación.

 Mucho se ha dicho acerca de que a los machos los hacen las mamás, mi postura al respecto es que a los machos los hacemos todos, hasta las propias mujeres colaboran a ello, por lo tanto y así mismo todos tenemos la responsabilidad de erradicar prácticas barbáricas; pero no solo en la industria sino en todo ámbito.

En el trabajo o en la sociedad en general, si tenemos oportunidad de ser ejemplo de alguien, de quien sea, lo responsable es permitir que la equidad se geste, hacerles ver a todos que la caballerosidad no pasa de moda, pero el machismo si es “passé”

En casa debemos asegurarnos de enseñarles a nuestros hijos que los masculinos pueden limpiar, pueden cocinar, pueden hacer la cama y las femeninas pueden salir a trabajar, pueden cambiar una llanta, pueden colocar una repisa; ninguna actividad o profesión debería considerar el género como limitante. La manera en que educo a mi hija en ese sentido no es nada fuera de este mundo, solo me aseguro de que vea el trato igualitario como la normalidad para que más adelante no se conforme con menos. Y ahí involuntariamente adopta una responsabilidad sobre nunca conformarse con menos, como deberían hacerlo todas las damas; se vale alzar la voz y se debe escuchar esas voces, siempre con profundo respeto de ambas partes.

Para que el ascenso de María ocurriera solo hizo falta que una persona creyera firmemente en ella. No, no se trata de su padre quien seguramente la proveyó de herramientas necesarias para no rebajarse ante nadie. No, tampoco fue su esposo quien la ha apoyado en todo momento y le hace fuerte en todos sus emprendimientos. Mucho menos se trató de su jefe cuyo único acierto fue ver en ella las cualidades y jugársela a respaldarla. En realidad, la única persona que hizo falta que creyera en María fue ella misma, el resto solo reaccionamos a su auto confianza, generada sin duda desde la buena educación.

Quería finalizar con una cita y se me escapa el autor, pero no puedo terminar sin compartirla: No entiendo por qué las mujeres luchan e insisten en ser iguales a los hombres, cuando son claramente mejores”.

Miguel Castro es padre de la niña más bella del mundo, apasionado melómano, cinéfilo entusiasta, acumulador de trivia y conocedor amplio de la cultura popular internacional. Licenciado en Administración de Empresas Turísticas y Maestro en Administración por parte de la Universidad Cristóbal Colón (Veracruz, Mex). Entre sus estudios superiores se encuentran un Posgrado en Dirección de Hoteles y Restaurantes por la Escuela de Hostelería y Turismo de Valencia, España; así como un Diplomado en desarrollo de competencias Gerenciales por el ICAMI (Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo) en Monterrey, N.L.

MORE (Mindfulness, Oportunidades, Resiliencia y Equidad). Es un proyecto no lucrativo que involucra a hombres y mujeres  comprometidos con la capacitación y desarrollo de la mujer. Te invitamos a que nos sigas a través de nuestro grupo de facebook: https://www.facebook.com/groups/2381345738608995/

 

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