Como sabemos, la pandemia arrojó a millones de personas al trabajo en línea llevando el escritorio a la casa; es decir,  se difuminaron las fronteras que separan el trabajo del tiempo libre, la oficina del hogar; se dejaron de tener horarios establecidos generando un agotamiento por falta de límites entre la vida privada y el trabajo;  se perdió el espacio mental para metabolizar y digerir los problemas del día a día; también las personas dejaron de contar con las mismas alternativas para el ocio y el descanso aumentando el consumo de ansiolíticos y de hipnóticos.

Esta situación ha puesto en desventaja sobre todo a las mujeres, porque no sólo han tenido sobrecarga en términos laborales, sino también en las actividades del hogar y cuidado de sus hijos; reto que se incrementó con las clases virtuales. Este desequilibrio abrupto ha orillado a muchas mujeres a padecer lo que se conoce como el síndrome del Burnout.

Pero, qué es el Síndrome de Burnout?  Es un síndrome de desgaste profesional; es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral. Aunque esta no es una enfermedad en sí misma, es una situación que se va generando progresivamente hasta desembocar, en muchas ocasiones, en un estado de incapacidad para continuar con el trabajo habitual, así como un detonante de otros problemas de salud física y mental más graves.

Las mujeres que son víctimas de este síndrome se caracterizan por estar altamente calificadas y comprometidas con su trabajo y suelen poner en primer lugar sus intereses profesionales frente a los intereses personales.

El síndrome del burnout se manifiesta con los siguientes comportamientos:

• Sentimientos de agotamiento.
• Dificultad para separar los ámbitos laboral y personal.
• Angustia e irritación constante.
• Imposibilidad de mantener la concentración o relajarse; lo que afecta el rendimiento del trabajador.
• Distanciamiento mental del trabajo.
• Evasión de compromisos laborales, sentimientos negativos o de cinismo relacionados con las funciones que les tocan hacer.
• Sensación de ineficacia y falta de realización.
• Sentimientos de tristeza e intranquilidad.
• Cansancio e insomnio.

Antes de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud era enfática en aseverar que el síndrome del burnout se debía exclusivamente a una sobrecarga de trabajo y preocupaciones derivadas del mismo; de ahí que el estrés del hogar y los demás escenarios ajenos a la oficina no entraban en el incendio personal.  Próximamente, en enero de 2022 entrará en vigor la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) y, con ello, el síndrome de agotamiento profesional o burnout, estará catalogado como un padecimiento laboral, lo que facilitará la gestión de licencias e incapacidades.

¿Qué recomendaciones podemos seguir ante la presencia del síndrome de burnout?

Desde casa lo primero es reconocer que el manejo del hogar es una actividad laboral; hasta que las personas debieron permanecer en sus casas y encargarse de todo 24/7 no lo habían entendido; por tanto, es importante hacer una repartición equitativa de las labores familiares y de cuidado. 

En el aspecto laboral, la Organización Mundial de la Salud ha sugerido como alternativa la modificación de las exigencias laborales; el aumento del control del empleado sobre la manera en que desarrolla sus funciones (horarios personalizados) y sobre todo, ser un empleador más flexible; se necesita que tenga mucho más conciencia sobre el bienestar integral de la persona para que pueda funcionar en su entorno laboral así como adoptar programas de detección precoz  y prevención de problemas asociados al estrés laboral.

A nivel personal:

• No excederse en el ritmo de trabajo y respetar las pausas para los descansos y la comida.
• Aprender a establecer límites ante situaciones en las que haya un exceso de tareas, un escaso margen de tiempo para llevarlas a cabo o deficiencias en los medios al alcance.
• Cuidar de uno mismo es imprescindible, lo que incluye aprender a interpretar las señales del cuerpo y las emociones que aparecen. Haz ejercicio y mantén rutinas de alimentación.
• Es importante separar el ámbito laboral del personal.
• Buscar apoyo familiar y social, fomentando encuentros y actividades en grupo.

Si, a pesar de ello, se percibe que estas medidas no son suficientes para mejorar o superar la situación, puede ser imprescindible buscar la ayuda de un profesional.

Desde la trinchera de mi hogar, soy Cindy Rigada

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