El juego de Vasos. Una similitud con la vida

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Quiero compartirles una experiencia vivida hace unos años, la cual me dejó una gran enseñanza.

Había quedado con una amiga para ir de compras, nuestro destino era una tienda por departamentos, caminando por los pasillos de la tienda, llegué a un exhibidor con artículos en especial, y allí los vi, el juego de vasos más bonito y elegante, que había visto (pensé yo) estaban en oferta, con 30% de descuento, no lo pensé ni un segundo, tomé el juego de vasos y me dirigí a donde estaba mi amiga, colocándolos en el carrito de compras.

 Recuerdo la plática que sostuve con ella, respecto a esa oferta maravillosa y a lo espectacular que eran esos vasos, parecía una niña con juguete nuevo, le decía: ¨míralos, que elegantes se ven, estos brindaran una buena impresión al ser usados en un brindis, definitivamente hice una buena compra¨

La tarde siguió su curso, luego de la típica conversaciones entre amigas y un café, nos despedimos y cada una se marchó a su casa, en mi memoria guardo fresco el recuerdo de como subí las escaleras de mi edificio, ansiosa por llegar a mi apartamento y mostrarle los vasos a mi madrastra, al llegar la llamé, y juntas abrimos el empaque, yo estaba lista para hacer el cambio y empezar a usar mis nuevos y elegantes vasos, Mónica, mi madrastra, me miró sonriendo y se fue a la cocina, regresó de inmediato con un vaso en la mano, me dijo, ¨míralo bien.¨ ¿Qué creen que pasó? ¡Aja! Eran los mismos vasos, no hubo necesidad de cambiar nada, había comprado, exactamente, los vasos que ya tenía en mi casa.

Al momento quedé muda y al siguiente segundo el ataque de nosotras, resonaba en toda la sala, ¿Qué me pasó? ¿por qué no me di cuenta que eran iguales? ¿habrá sido la luz artificial de la tienda? ¿el empaque era distinto?  Siempre que relato esta anécdota me vuelvo a preguntar, cómo no me percaté de eso.

Aprendí con esta vivencia  que así mismo nos sucede en la vida, como dice la frase:¨ siempre vemos el pasto del vecino más verde que el nuestro¨,  lo que vemos en la vida de los otros, pareciera ser mucho mejor que lo que ocurre en la nuestra, cuando relaté por primera vez esta experiencia, aun no existían varias de las redes sociales con las que hoy contamos, por lo que en la actualidad estamos más propensos a  ver la vida de los otros con más detalles, esto es un arma de doble filo, por un lado estamos más comunicados  pero por el otro, estamos haciendo comparaciones, cuestionándonos y dudando de nosotros, de nuestra felicidad, bienestar, Etc. sin recordar que fotos vemos, pero realidades no sabemos…

Invertimos un tiempo valioso, viendo como es de fabulosa y estupenda la vida de tal o cuales personas (a veces personas que ni conocemos, que nos son amistades, ni familia) y al mismo tiempo que estamos como espectadores de una película, dejamos de  crear momentos memorables con nuestra  familia, pareja o con nosotros mismos, por ejemplo, bien puedes rebajar el tiempo que usas en las redes, para utilizarlo en la lectura de un libro que te edifique ya sea en tu carrera o en tu desarrollo personal, puedes bajarle unos minutos a tu distracción y usar ese tiempo en una llamada o una conversación en línea con un amigo, amiga o familiar, y afianzar esos lazos que con el tiempo se van soltando.

A veces llegamos a despreciar lo que tenemos, por el anhelo de tener ¨eso que tienen los demás¨ no está mal que se busque crecer y avanzar en la vida, cambiar para mejor, ¡claro que está bien! Lo que no veo correcto es menospreciar lo que tenemos, las cosas que hemos conseguido a la fecha, se de algunos que han dejado a sus parejas con la teoría ¨ya no me representa¨ ¡¿en serio?!

¿Captan el mensaje? Les repito que estoy consciente que es bueno avanzar, realizar cambios siempre y cuando esos cambios sean positivos en nuestras vidas y en las de nuestros seres queridos.

No tomemos las cosas a la ligera, ni tampoco nos dejemos cegar por la emoción y el brillo del momento, porque podemos confundirnos, como me confundí yo, y compré los mismos vasos, esa historia es graciosa, pero cuando la historia es otra, un matrimonio roto, una amistad de años perdida, tu salud echada a la basura, tus finanzas en números rojos, cuando esta es la historia, no da tanta gracia, ¡verdad!

No nos ceguemos con las luces de fantasía, no dejemos que ofertas fabulosas nos seduzcan, aunque las mismas nos tiente, aunque el descuento de un 30% luzca estupendo y fabuloso.

Kenia Javier es comunicadora social y facilitadora, tiene más de 12 años de experiencia, en el área de capacitación, impartiendo talleres y charlas de Servicios, Ventas, Motivación y Crecimiento Personal. Creadora de la página El Club de los Optimistas RD :https://keniajavier.wordpress.com/

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