Vivimos en tiempos cuando los medios de comunicación, las redes sociales y los movimientos políticos y sociales han radicalizado las opiniones y visiones de las personas. Las divisiones políticas de estos últimos años han acentuado y han permeado divisiones sociales y personales. Se escuchan casos extremos de familias distanciándose y hasta parejas divorciándose.
¿Qué podemos hacer cuando no compartimos una misma visión y no podemos entender otra perspectiva? Cuando bombardeados de información nos damos cuenta que las diferencias parecieran más grandes y la brecha con los otros se amplía.
De entrada, es dar un paso atrás y entender lo básico: es simplemente una perspectiva.
Las perspectivas son creadas por creencias e información, ciertas personas cuentan con cierta información y creencias con las cuales crean sus lentes para ver al mundo y de ahí buscan confirmar sus parcialidades.
Entendiendo que alguien tiene información diferente a la nuestra y construyen el mundo de manera distinta con información distinta facilita el primer paso. En la medida de lo posible, debemos evitar enjuiciar si es información “correcta o incorrecta”, “buena o mala”, o cargada de juicios de valor, sino simplemente recordar y entender que es distinta.
Empatía no solamente es sentir lo que la otra persona está sintiendo o “ponerse en sus zapatos”. Hay dos tipos de empatía: la emocional y la cognitiva. La empatía emocional se refiere al sentir o compartir las emociones que la otra persona está sintiendo. Es compartir alguna emoción e inclusive sentir el impulso de ayudar o acompañar al otro en un momento difícil.
La empatía cognitiva es imaginarnos la perspectiva o la circunstancia en que la otra persona se encuentra, quizá nunca hemos experimentado algo similar pero podemos hacernos una idea mental de cómo es la realidad del otro.
Puedo no sentir lo que el otro siente, pero sí entender por qué lo siente o piensa; cognitivamente entender el por qué lo está pensando.
No estamos obligados a cambiar de opinión por el otro, solo debemos recordar que el otro tiene una visión distinta del mundo de acuerdo con la información que ha recibido. El siguiente paso sería reconocer al otro más allá de las etiquetas limitadoras de partidos o credos.
Reconocer al otro como un humano con miedos y anhelos, quizá hasta parecidos a los que nosotros hemos sentido, con días sanos y no tan sanos como también nosotros hemos tenido; y que algún día morirá como nosotros también lo haremos.
Empatía no es compasión ni lástima. Es una manera de reconocer cómo los demás han creado su mundo. No es comprar creencias o la visión del otro sino sólo contemplarla, con curiosidad casi hasta científica y esto puede ayudar a expandir nuestra visión y entender que hay muchas perspectivas las cuales no compartimos, apoyamos o creemos, pero reconocerlas ayuda a quitar la carga emocional que tengamos contra lo diferente y a diluir un poco las divisiones.
No siempre estaremos de acuerdo aún entendiendo el origen de esa información y opinión diferente. Pero el simple hecho de intentarlo nos hace más empáticos.
Alethia Olmedo-Perlasca MA. CCH. Es Psicoterapeuta especializada en Hipnosis Ericksoniana y Teatro Terapia. Cuenta on certificaciones en Psicología Positiva, Budismo y Psicología, Psicología existencial e Inteligencia emocional. Ha trabajado por mas de 10 años con adultos y atletas de alto rendimiento.
Miembro de la National Guilt of Hypnotists NGH y Miembro de la International Society of Hypnosis.
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