La violencia de género afecta directamente a las mujeres de todos los países, todas las clases sociales, culturas y edades. Según un estudio sobre cómo la paternidad afecta las trayectorias profesionales, más del 40% de las mujeres con trabajos a tiempo completo en las áreas de ciencias abandonan el sector o van a un tiempo parcial después de tener su primer hijo. Por el contrario, solo el 23% de los nuevos padres abandonan o reducen sus horas de trabajo. Este estudio revela la persistente baja representación de las mujeres en trabajos que involucran ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Además, destaca el impacto de la paternidad en una carrera en ciencias.

En el año 2015 se diseñó el 11 de febrero de cada año como El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Esta disposición fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el fin de fomentar el acceso y la participación plena e igualitaria de las mujeres y las niñas en la ciencia; dicha celebración está dirigida por la UNESCO y ONU-mujeres (UNESCO, 2015). No obstante, de forma contradictoria, datos estadísticos emitidos por la UNESCO indican que solo alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes eligen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

En México, la UNAM ha nombrado como carreras masculinizadas seleccionadas en donde menos del 40% son estudiantes mujeres. Sin embargo, las cifras son más polarizadas para carreras como: Ingeniería Mecánica con un porcentaje de mujeres de 4.4%, Ingeniería Eléctrica y Electrónica con un porcentaje de mujeres del 10.6% e Ingeniería Mecánica y Eléctrica con un porcentaje del 11.7% (UNAM, 2018 )

Durante mi trayectoria académica como estudiante de la carrera de Ingeniería Electrónica, la cantidad promedio de mujeres en el salón de clases se aproxima a dos y en algunas raras ocasiones a tres. Además, las pocas mujeres que elegimos entrar en esta área debemos lidiar con estereotipos sociales aprendidos mediante nuestra educación en casa o en nuestras comunidades. El porcentaje de estudiantes mujeres en carreras de ingeniería resultante alarmante lo que indudablemente nos lleva a una reflexión sobre la creación de políticas públicas que propicien el interés de los estudiantes por la elección de las ingenierías como carrera profesional.

Según los indicadores estadísticos de la UNAM (2015), la relación de estudiantes mujeres para la matrícula de postgrado tanto maestría como doctorado es de aproximadamente el 30% con respecto al 70% de estudiantes hombres (UNAM, 2018). Esto representa una desigualdad en el número de estudiantes mujeres con respecto al número de estudiantes hombres para áreas específicas de ciencia e ingeniería.

El Programa Nacional de Posgrados de Calidad, conocido como PNPC, forma parte de una política pública de fomento a la calidad del posgrado nacional impulsado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Subsecretaría de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública. Estos programas han sido establecidos con varios beneficios, cuentos como: reconocimiento por la SEP y el CONACYT a los programas académicos por su calidad académica, becas para los estudiantes de tiempo completo que cursan los programas académicos registrados en la modalidad presencial, becas mixtas para los estudiantes de programas registrados en el PNPC en cualquier modalidad y becas posdoctorales a los egresados ​​de programas de doctorado registrados en el PNPC (CONACYT, 2019). Sin embargo,

Es importante mencionar que las alumnas que ingresan a estudios de postgrado presentan edades entre 20 y 30 años, rango que coinciden con la edad reproductiva de las mismas. En el momento que deciden formar una familia y se embarazan en este lapso de su trayectoria profesional deben tomar la decisión de tramitar su baja del postgrado.

De acuerdo a lo mencionado anteriormente, uno de los beneficios de estudiar un postgrado con reconocimiento PNPC es la asignación de becas en los distintos niveles. No obstante, aunque no existe una regla para excluir a las mujeres embarazadas de dicho beneficio de beca; las mismas condiciones se transforman en adversidades que no les permiten realizar actividades como estudiantes de tiempo completo.

De acuerdo con información publicada por la American Society para medicina reproductiva (Medicine, American Society for Reproductive, 2013), la mejor edad reproductiva de una mujer es cerca de los 20 años. A partir de los 30 años la fertilidad aislada gradualmente sobre todo después de los 35 años. Cuando alcanza la edad de 40 años, la probabilidad de una mujer es inferior al 5% por ciclo. Por otro lado, los estudiantes de carreras profesionales logran terminar sus estudios a los 23 años suponiendo que estudiamos estudios ininterrumpidos para su educación primaria, secundaria, preparatoria y universidad. La finalización de los estudios universitarios da inicio a los estudios de maestría, doctorado y posdoctorado.

De lo anterior se puede observar que los estudios de posgrado presentan coincidencias temporales con respecto a la edad reproductiva de las mujeres y por lo tanto, los estudiantes que deciden formar una familia deben tomar la decisión de abandonar los estudios de postgrado. Desgraciadamente, los programas de becas Conacyt no presentan ninguna limitación para los casos en el embarazo de una estudiante coincidente con los estudios de postgrado.

El sitio electrónico de Conacyt presenta un apartado dedicado a Género y Ciencia donde se establece como obligación:  “Promover la inclusión de la perspectiva de género con una visión transversal en la ciencia, la tecnología y la innovación, así como una participación equitativa de mujeres y hombres en todos los dispositivos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CONACYT, 2019) “.

En contraste, la página web ubicada a Género y Ciencia no presenta algún apartado de modificaciones para la aplicación de las becas de maestría y doctorado en caso de que algún solicitante se encuentre embarazada o que durante su formación académica de posgrado transite en el proceso de embarazo . Aunado a lo anterior, las instituciones académicas encargadas de impartir los posgrados de calidad también presentan deficiencias en su perspectiva de género por el hecho de priorizar ante cualquier circunstancia los indicadores de eficiencia terminal.

Cabe señalar que los investigadores e investigadoras encargados de la dirección de los trabajos académicos de los estudiantes que tienen el rol de la primera línea de combate y que promueven de manera indirecta la no presencia de situaciones de embarazo durante su período de dirección debido a los retrasos en los tiempos para entregar resultados.

En el Sistema Nacional de Investigadores SNI donde el 37% de sus integrantes son mujeres se establece que las investigaciones que presentan un embarazo durante el período de vigencia de su distinción se les otorga un año de distinción y en el caso de que el embarazo se presente durante el año de evaluación de su solicitud solicitando solicitarlo para el siguiente período. Lo anterior refleja que las políticas públicas para las mujeres que se dedican a la ciencia, en el caso particular del embarazo, son accesibles hasta llegar a obtener el determinado SNI en cualquiera de sus categorías. Sin embargo, si realizamos los cálculos de la edad de una investigadora para llegar a obtener el análisis SNI, suponiendo nuevamente que realizo estudios ininterrumpidos, ese número será aproximadamente de 30 a 40 años lo cual coincidirá con la edad mencionada por la American Society en donde la fertilidad específicamente graduada. No obstante, investigadoras pertenecientes al SNI llevan a cabo su embarazo sin importar la edad y por lo tanto se exponen a riesgos como: aborto espontáneo, defectos de nacimiento, complicaciones durante el embarazo, presión arterial alta, diabetes gestacional y trabajo de parto complicado. Es importante señalar que el reglamento SNI otorga solo un año para llevar a cabo el embarazo sin modificar los parámetros de producción para modificar las situaciones. defectos de nacimiento, complicaciones durante el embarazo, presión arterial alta, diabetes gestacional y trabajo de parto complicado. Es importante señalar que el reglamento SNI otorga solo un año para llevar a cabo el embarazo sin modificar los parámetros de producción para modificar las situaciones. defectos de nacimiento, complicaciones durante el embarazo, presión arterial alta, diabetes gestacional y trabajo de parto complicado. Es importante señalar que el reglamento SNI otorga solo un año para llevar a cabo el embarazo sin modificar los parámetros de producción para modificar las situaciones.

Para finalizar podemos decir que más allá de dedicar un día para reconocer la importancia de las niñas y mujeres en la ciencia se deben impulsar modificaciones a los programas de posgrado para incluir situaciones donde los estudiantes de posgrado no tienen que elegir entre ser madres o concluir una carrera de investigación.

(sf)

CONACYT. (2019) Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Ciudad de México

Medicina, American Society for Reproductive. (2013) Edad y Fertilidad.  Sociedad Americana de Reproducción.

UNAM, A. e. (2018) Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM. Ciudad de México

UNESCO (2015) Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Sitio web de la ONU.

Delia Torres-Muñoz es profesora-Investigadora en electrónica. Ella recibió el título como licenciado en electrónica por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), México, en 2002; el grado de maestra y doctora en ciencias por el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), México, del 2005 al 2015, respectivamente. Ha realizado una estancia posdoctoral en la Universidad Veracruzana del 2017 al 2019. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores SNI. Las principales líneas de investigación son: Homotopía, Sistemas no lineales, procesamiento de imágenes y animación de imágenes.

Por: Dra. Delia Torres Muñoz

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