La equidad de género se entiende como una situación en la que mujeres y hombres tienen las mismas posibilidades y oportunidades en la vida de acceder a recursos y bienes valiosos desde el punto de vista social; es decir, dicha equidad está orientada a ofrecer oportunidades justas a ambos sexos y tener la misma posibilidad de goce del ejercicio pleno de sus derechos.
Sabemos que garantizar la igualdad de oportunidades para las mujeres significa avanzar hacia una sociedad más democrática y promover un modelo social basado en las personas y no en el sexo, impulsar políticas públicas y modelos educativos con perspectivas de género, entre muchas cosas más.
Pero te has preguntado ¿Qué puedes hacer tú para empezar a marcar una diferencia? ¿por dónde puedes comenzar a modificar esos paradigmas enquistados en nuestra sociedad y contribuir a erradicar los estereotipos de género?
Pues bien, puedes comenzar desde tu trinchera, tu hogar; la igualdad de género comienza en casa. La familia es el primer lugar donde se reciben las primeras nociones de este principio de convivencia.
Los niños y niñas adquieren su identidad personal a través de la interacción con su entorno y por tanto, desde pequeños perciben todas las desigualdades de género en sus hogares, entre las personas que los cuidan, en sus comunidades, en los libros de texto, en los medios de comunicación, etc. Necesitamos padres y madres que acostumbren a sus hijos a ver que el mundo que los rodea no está segmentado en roles y tareas predefinidas por género.
Antes, los roles de género estaban mucho más marcados; y, aunque existen señales que indican que la brecha de género se está cerrando, diversos datos demuestran que las niñas todavía pasan más tiempo en los quehaceres domésticos que los niños. Debemos tener presente que el hecho de que las responsabilidades no estén repartidas equitativamente es un patrón que va pasando de generación en generación; a veces como padres no somos conscientes que los roles que adjudicamos a nuestros hijos y los valores que les transmitimos no educan en la igualdad.
¿Cómo podemos educar desde casa la igualdad a nuestros hijos?
- Hacer un reparto equitativo de las tareas y obligaciones domésticas. Debemos ver los quehaceres como una práctica para la vida adulta; saber hacer actividades domésticas agrega una ventaja de autocuidado; de independencia; basta con estar checando constantemente la tabla de labores para mantenerla en un punto justo para todos los integrantes de la casa.
- Eliminar los estrictos roles de género fomentando que ambos sexos deben de trabajar de manera conjunta, en equipo.
- Tratar a nuestros hijos en función de su edad y su idiosincrasia, no de su sexo.
- Huir del lenguaje y los comportamientos sexistas en nuestro día a día.
- Fomentar el respeto a las elecciones y decisiones de cada integrante, siempre y cuando no afecten su integridad física, mental o emocional.
- Permite que tus niños elijan sus actividades; ellos deben sentirse libres a la hora de expresar sus gustos sobre una actividad que los haga felices.
- Trata de evitar conductas sexistas o de discriminación entre unos y otros fomentando el diálogo para resolver los conflictos que se presenten.
- Predicar con el ejemplo. Involucra al padre compartiendo las responsabilidades de cuidado y labores domésticas. Recuerda que el ser humano imita por naturaleza, por tanto, los hijos e hijas reproducen los roles que están reflejados en sus padres y madres; al momento de educarlos es importante que vean que los adultos comparten responsabilidades y que no hay diferenciación entre ellos y ellas.
Los niños que crecen en hogares donde ambos padres/madres comparten las responsabilidades laborales y familiares y donde se respetan mutuamente tienen mayores probabilidades de reproducir relaciones equitativas en su vida adulta.
Lograr la igualdad requiere no sólo preparar a las niñas para el trabajo remunerado, sino además enseñarle a los niños a hacer los trabajos domésticos no remunerados.
Entre más veamos la igualdad de género como una forma o hábito de vida se propiciarán relaciones más sanas donde no esté presente la violencia física, psicológica o sexual entre hombres y mujeres.
Desde la trinchera de mi hogar, soy Cindy Rigada
MORE Latinoamérica (Mindfulness, Oportunidades, Resiliencia y Equidad). Es un proyecto no lucrativo que involucra a hombres y mujeres comprometidos con la capacitación y desarrollo de la mujer. Te invitamos a que nos sigas a través de nuestro grupo de facebook: https://www.facebook.com/groups/2381345738608995/