Cuando estaba creciendo, el divorcio era prácticamente desconocido para mí también en mi familia. Entonces, cuando me encontré algunos años después de mi matrimonio, contemplando salir y terminar la relación, me sentí culpable y ansiosa. No quería decepcionar a mis padres, y no podía dejar que vieran cuán horrible era mi situación y qué mala decisión había tomado. Me había casado joven, con nada más que un diploma de liceo y algunos pocos cursos universitarios en mi kit de herramientas. Me preocupaba cómo podría liberarme de mi matrimonio abusivo y cuidar de mi hija sola.

Tuve la bendición de tener una familia amorosa y solidaria que siempre me había alentado a obtener una buena educación. Había dejado de lado mi educación por un tiempo para concentrarme en mi matrimonio y mi hija. Cuando me di cuenta de que no podía sobrevivir en esa relación, comencé a hacer planes para regresar a la universidad, lo que finalmente hice cuando mi hija llegó a la edad en que podía asistir al preescolar. Después de completar mi primer año completo de estudios universitarios, encontré una nueva confianza en mí misma y el coraje para finalmente romper con mi esposo. Aunque entristecida y confundida por estos eventos en mi vida, mis padres me apoyaron y me ofrecieron ánimo y apoyo.

Luché en ese primer año de universidad, pero en poco tiempo hice nuevos amigos y contactos que podrían ayudarme a comenzar una nueva vida. Conocí a personas que pudieron avisarme un par de buenos trabajos a tiempo parcial, lo que me mantuvo de un sueldo a otro. Me hice amiga de mujeres que también tenían niños pequeños y que, no solo entendieron mis circunstancias, sino que se convirtieron en mis animadoras y estaban dispuestas a ayudarme con el cuidado de niños para que pudiera continuar mis estudios.

Después de 3 años agotadores de estudios universitarios, trabajando en múltiples trabajos a tiempo parcial, todo mientras trataba de ser la mejor madre que pude, me gradué orgullosamente de la universidad con un título en ciencias de la computación. A través del proceso de reclutamiento ofrecido en la universidad, pude asegurar un gran trabajo en una compañía sólida y de buena reputación, que se convirtió en el punto de partida para mi exitosa carrera en la industria de la informática.

Vivimos en un mundo complicado e impredecible. Sin culpa mía, terminé divorciada y madre soltera. Tu vida puede ser diferente. Quizás no elijas casarte. Quizás no elijas tener hijos. Quizás te cases pero tu esposo pierda el trabajo. Quizás, quizás, quizás. No importa lo que te depare, obtener la mejor educación disponible para ti valdrá la pena el esfuerzo o el sacrificio que tengas que hacer para obtenerlo. Por eso, aquí les comparto el por qué educarnos es tan necesario:

1. La educación le dará herramientas que nos permitirán ser autosuficiente, incluso en los momentos difíciles de su vida. Nunca sabemos cuándo llegarán esos tiempos, pero para la gran mayoría de nosotros, podemos estar seguros de que lo harán.
2. Tener una buena educación desarrollará tu autoconfianza y autoestima. Tener una mayor confianza en uno mismo conduce a una mejor toma de decisiones. Una educación le dará una perspectiva más amplia para evaluar las opciones que tiene ante usted y le permitirá ser más firme al pedir y obtener las cosas que desea y necesita para tener éxito en cualquier camino que elija.
3. Una educación lo pondrá en una mejor posición para conocer a las personas que pueden ayudarlo a alcanzar sus objetivos. Mis contactos de mi tiempo en la universidad me ayudaron a aprender sobre trabajos a corto plazo cuando aún era estudiante y sobre oportunidades que estaban alineadas con mis objetivos profesionales a largo plazo.
4. Cuanta más educación tenga, mayor será su potencial de ingresos. Las personas que han completado un programa universitario de 4 años ganarán en promedio 1.4 veces más dinero por semana que aquellos con solo un diploma de escuela secundaria y aumenta a partir de ahí, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. Los estudios muestran que aquellos con más educación tienen mayores ganancias y menores tasas de desempleo que aquellos con menos educación. Aunque los números exactos pueden variar, el patrón es consistente en otras naciones del mundo.
5. Obtener más educación lo preparará para un patrón de aprendizaje permanente. Puede hacer que tu vida sea mucho más rica e interesante. Te proporcionará herramientas para resolver problemas que serán más ingeniosos para cuidarnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean.

Obviamente, nunca es demasiado tarde para mejorar tu educación. Sin embargo, te recomiendo que aproveche al máximo cuando seas joven. Retrasar tu educación hasta más adelante en la vida puede ser más desafiante ya que la necesidad de trabajar, las responsabilidades de la familia y otros factores complicados pueden ser desafiantes.

Obtener una educación y preparación podría no ser fácil. Se requerirá de sacrificio,  tiempo, esfuerzo y dinero, pero vale la pena. Es una de las mejores inversiones que podemos hacer para nosotros mismos. En palabras del filósofo, Aristóteles, “las raíces de la educación son amargas, pero el fruto es dulce”.

Anita Schiller Terry es: madre, abuela, fotógrafa, viajera mundial, e ingeniera jubilada y ejecutiva de marketing.

Por: Anita Schiller Terry (Americana)

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