Las reglas han sido creadas para que vivamos civilizadamente y en armonía.
En base a estas reglas, haré un símil con las reglas gramaticales y nuestra vida.
¨Las reglas gramaticales son la base esencial de la escritura, estas reglas nos permiten comunicarnos de manera correcta. ¿Por qué? Porque cuando escribimos respetando las normas, estamos organizando bien las ideas, y las expresamos de un modo claro, permitiendo que nuestro mensaje sea recibido favorablemente.
Sé que estarán preguntándose, qué tiene que ver esto con la vida, ¿verdad?
Vamos allá, les explico.
Inicio con la coma, ella separa las palabras en las oraciones, para que el texto pueda ser leído y comprendido; llevando la coma a la vida diaria, pregunto, ¿Sabemos hacer las separaciones correctas? ¿Sabemos en donde debemos o tenemos que hacer un alto?, así sea para respirar, tomar aire, descansar, y luego continuar. Cuantas veces vamos por la vida corriendo como automóvil sin freno, ignorando avisos de ¨pare¨, ¨reduzca el paso¨ entre otros tantos.
Es posible, que alguno de nosotros estemos redactando cada capítulo de nuestras vidas con pocas comas, a veces, ¡sin una sola! Revisemos eso, por favor.
Hablemos de los puntos, empiezo por el punto y seguido, fiel amigo de la coma, en las reglas gramaticales, el punto y seguido se utiliza para separar las oraciones que forman parte de un mismo párrafo, ese punto no señala el final, simplemente resalta las oraciones del párrafo. Esto le da un mejor sentido a lo que se quiere decir, pues lo redactado adquiere la forma correcta para que el mensaje llegue como se ha planteado.
¿Sabemos dónde va el punto y seguido en nuestra vida? hay momentos donde una coma no basta, en ocasiones la vida nos exige que ese alto, ese pare, dure un poco más, que nos tomemos el tiempo suficiente antes de continuar; tal vez para analizar algo, para hacernos sentir, para organizarnos, sin perdernos de vista, por eso se llama, punto y seguido.
El punto y aparte da paso a que se redacte otro párrafo, separa en la redacción los párrafos distintos, los cuales no tiene que ir, necesariamente, relacionados al anterior. En nuestras vidas lo podemos ver reflejado en algunos cierres, cuando pasamos a otra cosa, un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, un cambio de ciudad, de país, cuando hacemos nuevas amistades…cuando terminamos una relación, cuando tenemos una pérdida, por ejemplo, un divorcio, el fallecimiento de un ser querido, entre otras tantas. Sin embargo, suele ocurrir que no colocamos ese punto y aparte, entonces pasan los meses, los años y nuestra vida sigue atada al párrafo anterior y esa atadura impide que nuestro escrito de vida tenga sentido, porque no supimos colocar el punto y aparte en el momento correcto.
Luego viene el punto final, como lo dice el nombre, señala el final del escrito; cuando fallamos con este punto quebrantamos una regla muy importante. Esto lo hacemos cuando seguimos por la vida con la falsa ilusión de volver con ese ex que desequilibró nuestra vida, que machacó nuestra dignidad, cuando volvemos a hacer negocios con esa persona que nos engañó, cuando retomamos un hábito, que, en lugar de sumarnos, nos resta. Cuando no ponemos ese punto final, es fácil caer en un círculo vicioso.
Nuestra redacción de vida pierde sentido y coherencia cuando ignoramos el momento en el cual aplica el uso del punto final.
Recuerden esa regla:
El punto final, tal cual está escrito, es eso, ¡punto final!
Les invito a realizarse una introspección, pregúntense ¿Cuántas veces han colocado punto y seguido, cuando el que correspondía era el punto final? ¿Cuántas veces han dado otra oportunidad… ahora sí, la última, pero lo repetimos y lo repetimos, hasta el punto que nuestro amor propio y nuestra autoestima se perjudican?
A ver, cuántas veces hemos cometido ese error gramatical, hemos querido hilvanar historias, historias sin sentido, que no nos llevan a ningún final feliz; y esto no está relacionado solamente a relaciones de parejas, amistades o de negocios, esto está relacionado con todo, con nuestros planes personales, con nuestras metas, sueños, ideales, con nuestros valores como seres humanos. Estas reglas aplican para todo en nuestra vida.
Como pueden ver, las reglas gramaticales, nos ayudan a brillar positivamente en el área profesional, pero conocerlas y aplicarlas en nuestra vida, dicho metafóricamente, nos ayudará a comunicarnos apropiadamente, con ellas, vamos a demostrar nuestro valor, y a exigir el respeto que merecemos. Toda persona que nos lea, nos entenderá sin temor a confusión, sea lo que sea que estemos comunicando.
Kenia Javier es comunicadora social y facilitadora, tiene más de 12 años de experiencia, en el área de capacitación, impartiendo talleres y charlas de Servicios, Ventas, Motivación y Crecimiento Personal. Creadora de la página El Club de los Optimistas RD :https://keniajavier.wordpress.com/