Una experiencia curiosa que me sucedió a la hora de la comida, con mi esposa y mis hijos, que tuve una reflexión sobre el verdadero papel de liderazgo que tuvieron y tuvieron al largo de la historia nuestras amadas mujeres. Todo comenzó con la planificación de una actividad con mis hijos que antes de cerrar el trato me hicieron el acertado comentario, “¿y ya le dijiste a mamá?”, Una pequeña frase, pero con alto valor para darle luz verde a nuestro proyecto, y no es que quiera decir que no tenga la última palabra en esta familia. Tal vez mi caso les suene familiar, pero analizando esta situación, debe tener una explicación científica que nos haga sentir la necesidad de buscar el respaldo, o el visto bueno de nuestra compañera de vida para tomar muchas decisiones.
Mi investigación me llevó hasta los principios de la misma sociedad, allá por la prehistoria, en la era de las cavernas, donde las primeras comunidades humanas paleolíticas, un sistema igualitario en las que es muy probable que las relaciones sexuales se mantengan comunalmente. Los lazos de parentesco probablemente entonces exclusivamente matrilineales, ya que solo la mujer podría reconocer su propia sangre, generando inevitablemente la guía, consejo y liderazgo de la gran madre de la tribu, describiendo esto como un matriarcado, pero los investigadores de no perder el control masculino en la historia, llame a este dominio femenino como matrilineado en vez de un matriarcado durante el Paleolítico.
En general, entiende por matriarcado a las sociedades donde un grupo de mujeres tiene en sus manos el poder político, económico o religioso. La existencia de comunidades de este tipo a lo largo de la historia de la humanidad ha sido, y sigue siendo, un asunto muy controvertido. El consenso aún está lejos de alcanzar, y los debates sobre este amplio y complejo tema se encuentran acalorados, por eso algunas investigaciones requieren que las sociedades no patriarcales, de las que sí hay evidencias, sin denominarse matriarcado, sino sociedades matristas o sociedades con autoridad femenina.
Cada vez son más los estudiosos que paulatinamente han ido abandonando la vieja y caduca idea de que la opresión y la marginación de las mujeres es un hecho natural que ha existido desde los orígenes de la humanidad. Autoras como Encarna Sanahuja, y muchas expertas más, consideró probable que durante la mayor parte de nuestra larga prehistoria nuestros antepasados vivieran en grupos colectivos en los que disfrutan de una relativa igualdad entre los sexos. La situación de algún momento de la mujer sería, por tanto, un constructo social, un producto de la organización de las sociedades modernas.
En los últimos tiempos han surgido movimientos radicales cuyos planteamientos divisorios a veces relacionados con los movimientos de emancipación de las mujeres o con los programas de empoderamiento femeninos no tienen cabida, ya que en ocasiones suelen salirse de contexto. El reto es crear una sociedad global, unida, pacífica, justa y próspera donde el poder no se le atribuye un género en específico, donde la sociedad entera, hombres y mujeres pueden trabajar por ese fin.
Existe en la mayoría del mundo la idea de que el total y absoluto líder de la humanidad es el hombre, hablando de género, el sexo masculino es el que manda en la casa y dirige el destino de varias naciones, pero, ¿en verdad es así?
A mi parecer, históricamente las mujeres, han preferido ser el control detrás del poder, como que prefieren dominar detrás de bambalinas, y al mismo tiempo no captan que ellas tienen el verdadero dominio. Lo importante de esta reflexión es, qué prestes atención, qué tú mujer, eres la principal guía y motivo de un hombre, qué tú eres quien lo forma; que quizás ese hombre que tu eduques llegue a estár en un sitio donde pueda lograr un cambio en el mundo, tú mujer, puedes accionarte en buscar un lugar mejor para vivir, tienes en tus manos el influir en tus hijos que para ellos no hay cosa más sagrada en el mundo que su madre, puedes crear hombres y mujeres extraordinarias que lideren directa o indirectamente el destino de nuestro planeta y lograr revertir todo el daño que hemos sufrido durante tanto tiempo.
Muchos historiadores explican cómo varias mujeres que pesan sin ocupar un papel preponderante en los libros de historia son las responsables directas del camino que siguieron imperios, naciones, guerras, proyectos, etc. desde Eva, Elena de Troya, Cleopatra, Malintzin, Margarita Maza, la Emperatriz Carlota, Carmelita Romero de Díaz, Frida Kalho, Michelle Obama, mujeres que lograron impactar e influir en las decisiones de sus compañeros de vida, logrando un gran impacto en la historia.
Ya sea matriarcado, matrilineado, sociedades matrístas, autoridad feminista, fecha cuenta que directa o indirectamente, tu mujer, tienes el verdadero poder, créelo, concientizador, y úsalo de manera responsable y proactiva en la mejora de tu entorno, cuando esto suceda con buenas enseñanzas de valores y equidad, el mundo en verdad va a cambiar.
Referencias
Bachofen, J. (1992). El matriarcado: Una investigación sobre la ginecocracia en el mundo antiguo según su naturaleza religiosa y jurídica.Madrid: Akal Segunda edición.
Eller, C. (2000). El mito de la prehistoria matriarcal. Beacon Press .
Marler, J. (2006). El mito del patriarcado universal: una respuesta crítica al “mito de la prehistoria matriarcal” de Cynthia Eller. Teología feminista , 163-187.
Sanahuja, E. (2002). Cuerpos sexuados, objetos y prehistoria. Cátedra . Madrid.
Sant, L. (2017). www.revistautopia.org. Obtenido de https://www.revistautopia.org/papel-la-mujer-la-sociedad/
Por: Rafael González Zamorano (México)
Rafael es maestro en educación y comunicación y consejero representante de la fundación JUPV Aprender para ser mejores AC https://www.facebook.com/jupv.ac/
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